Con tod@s vosotros el capítulo final de esta serie, se resuelven incógnitas, pero también quedan otras por desvelar. Vamos a ver ... le doy un giro seriéfilo para que mantenga la atención de los lectores del blog, porque si digo, que he podado la viña en espaldera, la entrada del blog resulta menos interesante.
En fin, con la menguante de abril y con las dudas de cómo nos íbamos a encontrar el terreno, este año no para de llover, hemos terminado con la poda de la temporada 2013.
Otros años no tenía problema para elegir el día de la poda, pero éste con la climatología tan adversa por un lado y tan benigna por el otro, no resulta fácil elegir el momento exacto. Amaneció lluvioso y ví peligrar la tareas de poda, pero el clima a veces te concede una tregua. Se levantó un viento bastante fuerte, lo que me hizo pensar que en unas cinco o seis horas me iba a permitir pisar la viña. Y se me ocurrió un cambio de planes: subir a la bodega a comer y una vez llena la andorga cambiar de escenario y evocando aquella famosa frase del pograma de tv el precio justo: "a podar ...".
Almuerzo de alitas de pollo. |
El viento se calmó por la tarde. A veces la suerte facilita y armoniza el trabajo.
Cepa joven recién podada |
Viña llorando |
Carretilla con sarmientos |
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