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domingo, 7 de abril de 2013

La Poda. El desenlace

Capítulo final de la temporada de poda.

Con tod@s vosotros el  capítulo final de esta serie, se resuelven incógnitas, pero también quedan otras por desvelar. Vamos a ver ... le doy un giro seriéfilo para que mantenga la atención de los lectores del blog, porque si digo, que he podado la viña en espaldera, la entrada del blog resulta menos interesante.
En fin, con la menguante de abril y con las dudas de cómo nos íbamos a encontrar el terreno, este año no para de llover, hemos terminado con la poda de la temporada 2013.


Otros años no tenía problema para elegir el día de la poda, pero éste con la climatología tan adversa por un lado y tan benigna por el otro, no resulta fácil elegir el momento exacto. Amaneció lluvioso y ví peligrar la tareas de poda, pero el clima a veces te concede una tregua. Se levantó un viento bastante fuerte, lo que me hizo pensar que en unas cinco o seis horas me iba a permitir pisar la viña. Y se me ocurrió un cambio de planes: subir a la bodega a comer y una vez llena la andorga cambiar de escenario y evocando aquella famosa frase del pograma de tv el precio justo: "a podar ...".

Almuerzo de alitas de pollo.
Una vez en la viña las ganas de trabajar eran pocas, pero ya se sabe: "comer sin trabajar no se debe tolerar". Así que nos pusimos manos a la obra, como no, intentando disfrutar del momento.




El viento se calmó por la tarde. A veces la suerte facilita y armoniza el trabajo.

Cepa joven recién podada
No hacía mucho calor, pero conseguí captar un momento único en los períodos de poda: "el lloro de la vid", un fenómeno realmente espectacular y hasta poético, al menos para el que suscribe. Cuando las temperaturas superan los 10º de media, comienza la actividad del sistema radicular desembocando en el lloro. Si tenéis la oportunidad de poder verlo no os lo perdáis, aquí dejo el instante:

Viña llorando
La carretilla resulta de gran ayuda para el transporte de los sarmientos ya cortados. No es tecnología punta, pero se ejercitan los músculos y cumple con su cometido perfectamente.

Carretilla con sarmientos
Y colorín, colorado, lo que comenzó como una serie, como un cuento ha terminado. Gracias por vuestra atención y volveré con nuevas historias.

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4 comentarios:

  1. No me extraña que llore, con el viaje que le has metido... ¡Es broma!, pero ¿ya las habías limpiado un poco antes?.
    El fin de semana de primeros de mayo voy a Logroño y como una amiga que vive allí ha trabajado en varias bodegas, que digo yo que en alguna nos dejarán hacer una cata...ya te contaré.
    Las alitas, que me imagino que no te las tomarías con agua, ¡Eh, pájaro...! Guarda los sarmientos para la barbacoa, que sale todo más rico.

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    1. Le di un viaje, pero fue con cariño. Lloraba de emoción y alegría!! je, je.
      Buena suerte y buen vino por la Rioja. Las alitas le tomé sacando de la barrica de roble francés una muestra de la cosecha del 2011, para ver como está, más que nada ... La verdad que me sorprendo con los progresos que voy haciendo.
      Bss.

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  2. ...¿Has probado las "lágrimas" de la vid? Tienen un gusto muy bueno, dulce. Supongo que será parecido a la savia que lloran los arces, con la que se hace el famoso sirope. Habrá que investigar sus cualidades, pero sé por experiencia que quita muy bien la sed (incluso mejor que el vino...)

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    1. Gabri reconozco que me has sorprendido con el sabor de las "lágrimas" de la vid, aunque pensándolo bien, a lo mejor no, ... eres un pozo de sabiduría. Y gracias por el comentario.

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