Me acuerdo hace años cuando esta labor se realizaba el mismo día de la vendimia, puesto que constaba de dos partes, la primera en la que se pisaba la uva y la segunda en que se introducían en la prensa y comenzaba su estrujado. Era la parte menos gratificante y más tediosa, puesto que ya se había empleado mucho tiempo en la vendimia y en el pisado y las fuerzas ya estaban un poco justas, por lo que de lo único que tenías ganas era de terminar cuanto antes.
Iniciando el prensado del vino tinto |
Ahora el proceso es diferente, porque ya no elaboramos claretes, sino que son tintos, por lo que el proceso tiene que hacerse en dos días diferentes, que pueden distar uno de otro de ocho a catorce días, el tiempo suficiente para que el hollejo de la uva aporte ese color y virtudes que hacen del vino tinto un caldo tan apreciado y particular. En la foto de más abajo podéis apreciar el blanco que hemos elaborado con uva de la variedad viura, tiene un densímetro flotando que nos proporciona una información esencial.
La Fermentación del blanco en 'botellones' como se hacía antes |
Blanco con densímetro |
El día se desarrolló según lo previsto, sin ninguna incidencia reseñable en forma de retrasos inesperados, eso sí, no hubo manduca ni barbacoa, y eso se echó en falta. La fragancia que impregnaba la bodega mientras prensábamos era espectacular, me encanta ese aroma me pone los pelos de punta, metafóricamente hablando ... ;)
Este año hemos elaborado tres vinos diferentes, uno con cepas de más de 50 años con tempranillo fundamentalmente de la viña en vaso, y otro con las variedades de la viña en espaldera que son tempranillo, graciano y merlot. Además como novedad una pequeña cantidad de vino blanco de la variedad viura.
Recogiendo el hollejo |
La jornada concluyó repartiendo los hollejos por el viñedo, para que sirva de abono, o eso quiero pensar, je je
Las sensaciones que tengo respecto de los caldos elaborados son extraordinarias, espero que sea una cosecha superlativa. Nos vemos en la próxima entrada. Bye